Bolsas negras y un horno, destino de cuerpos con COVID-19

En el Estado de México 128 personas han muerto por Covid-19, sus cuerpos tuvieron que ser aislados en bolsas negras y no contaron con un sepelio como cualquier otra persona, así de cruda es la realidad que viven cientos de familias que ni siquiera pudieron despedirse de su esposo, hijo o hermano.

Sin embargo quienes enfrentan también un panorama desalentador, son el personal de las funerarias quienes tienen que realizar servicios de recuperación de cuerpos portadores de coronavirus, ellos solo mantienen la protección de sus trajes especiales y la de dios.  

Una vez que concluye el protocolo de vestimenta apropiada, los trabajadores hacen contacto con el ataúd que resguarda el cuerpo infectado el cual es rociado con líquido sanitizador, al momento de ser abierto el riesgo aumenta, por ello es importante llevar al pie de la letra cada movimiento.