La caravana conformada por personas de Guatemala, El Salvador y Honduras se instaló la noche de este lunes en el municipio Santiago Niltepec, ubicado al norte de la región del Istmo de Tehuantepec, en esta entidad.
Por la mañana el contingente dejó San Pedro Tapanatepec, en el mismo estado del sureste de México, donde estuvo el fin semana, luego de pisar Arriaga, Chiapas, entidad a la que ingresó proveniente de Guatemala.
Antes de seguir la ruta para llegar a la capital del país y de ahí a la frontera de México con Estados Unidos, los centroamericanos acamparon en calles, kioscos, iglesias y en prácticamente todo este municipio cuya cabecera tiene poco más de tres mil habitantes.
Las autoridades de Niltepec, la Iglesia y la población se organizaron para alimentar a los migrantes con sandwiches, tortas, sopes, atole, agua y más alimentos que se terminan así como llegan.
Hambrientos y sedientos están niños y adultos centroamericanos. Mientras algunos descansaban sobre un cartón o una delgada cobija, otros se reunieron en la iglesia para motivar a la caravana, recordar cuál es el motivo del viaje y "pedir a Dios fuerzas para seguir".
Dicen ser ahora una familia; es más, desde que decidieron salir de su país y se motivan los unos a otros para no abandonar sus sueños y continuar este camino de la manera más ordenada.
La Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca ofrece llamadas gratuitas para que los migrantes puedan comunicarse con sus familiares y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) se mantiene al tanto de todo el grupo.
Este martes, a las 5:00 horas, la caravana saldrá hacia Juchitán de Zaragoza, que el año pasado fue afectado severamente por un sismo de magnitud 8.2 grados. Pero antes limpiarán las calles y el centro de Niltepec.
Hombres, mujeres y niños han recorrido muchos kilómetros desde el 12 de octubre cuando inició esta travesía en la ciudad de San Pedro Sula, Honduras, donde un grupo de personas se reunieron y prepararon para ir a Estados Unidos, cruzando Guatemala y México.
De acuerdo con declaraciones de los mismos migrantes, la falta de oportunidades y la violencia que se vive en sus países los han llevado a dejarlos para buscar una mejor calidad de vida.
Proyectan llegar a la Ciudad de México donde, aún sin saber la fecha exacta de su llegada, ya se preparan para recibirlos y apoyarlos con lo necesario para que puedan continuar su viaje.