La ceniza volcánica es un polvo fino que puede ser perjudicial para la salud, especialmente para las vías respiratorias, ojos y estómago.
Los niños, personas mayores y aquellos con enfermedades respiratorias deben ser protegidos especialmente de la ceniza. Pues de acuerdo al epidemiólogo de la Universidad Autónoma del Estado de México, Miguel Ángel Karam Calderón, puede agravar un asma bronquial, generar abrasiones en las córneas, producir conjuntivitis e incluso ocasionar malestares gastrointestinales.
Es necesario minimizar la exposición en actividades al aire libre, y si sales a la calle por cuestiones extraordinarias se deben proteger en todo momento ojos, nariz y boca.