La falta de tiempo, los costos elevados de los alimentos y la falta de planeación alimenticia han logrado que los consumidores busquen saciar su hambre con comida poco saludable.
Una dieta pobre puede tener su origen en varios factores, la primera puede ser por la sensación de bienestar y saciedad que produce la dopamina; en segundo lugar el estrés, ya que una persona bajo circunstancias estresantes tiende a consumir alimentos ricos en grasa, azucar y calorias.
La cultura también juega un papel importante en los hábitos alimenticios, pues hay familias que no tienen el hábito de consumir comida saludable, esto puede perjudicar a los menores, que con el tiempo desarrollan preferencias dietéticas poco saludables.
La comida rápida se ha convertido en la preferida de muchos gracias a su precio accesible y la manera tan fácil en la que se consigue; puestos de tortas, productos altos en grasas y azúcares exhibidos parecen aún más al alcance que la comida saludable.
Pues cuando una ensalada genera un gasto de 80 y 100 pesos una gordita tiene un precio de 30 pesos.
La comida poco saludable se puede encontrar en cualquier momento del día, lo que la hace más solicitada.
Los nutricionistas afirman que una buena alimentación requiere de una planeación y desmienten él mito de que es más caro consumir comida saludable y llevar una dieta balanceada, pues basta de una organización y presupuesto destinado para poder tener una dieta adecuada, sin dejar de lado los gustos.