La Comarca Lagunera ha sido testiga en últimos días de marchas y manifestaciones hechas por madres a las que les fueron arrebatadas sus hijas e hijos.
Tal es el caso de Anahí, madre de la pequeña Luisa de 5 años y Sarahí, madre de Mateo, de 6 años. Se trata de la violencia vicaria y ya está reconocida en la ley.
El artículo 252, inciso VII del Código Penal de Coahuila establece que comete violencia vicaria, quien, por medio de cualquier acto u omisión, utilice como víctima directa de violencia a las hijas o los hijos, familiares, personas adultas, con discapacidad, en situación de dependencia, mascotas, para causarle algún tipo de daño a la víctima, generando una consecuente afectación psicoemocional o física.
Las penas van desde 6 meses hasta seis años de prisión.
Gráfica La Fiscalía de Coahuila atendió 63 casos en 2023 y 14 casos en los primeros meses de 2024. De estos, el 90% de los agresores son hombres, generalmente padres de familia.
La violencia vicaria causa repercusiones emocionales en las víctimas, sobre todo a quienes utilizan para dañar, que generalmente son los hijos e hijas.
"Podemos ver dos tipos de afectaciones, no como una parte muy maníaca activa y agresiva que son los ataques de pánicos ansiedad los deseos de querer matar a la persona que se llevó a los hijos o que está agrediendo a esa tercera persona, así como la otra parte los síntomas depresivos culpa, Ideación suicida", dijo la psicóloga Diana de la Fuente.
Los niños, niñas y adolescentes víctimas de violencia vicaria, sufren confusión, ambivalencia emocional, ansiedad, dificultades para dormir y cambios en su alimentación y rendimiento escolar.
Sobra las causas, la especialista considera que es una evolución de la violencia de género, pues a medida que las mujeres han ganado conciencia de sus derechos y se han empoderado, algunos hombres han buscado mantener el control y poder mediante nuevas formas de violencia.
"Cuando ya no puede tener ese poder entonces evoluciona la violencia, se si se modifica un poquito a otras formas de violencia, que es querer tener el control sobre la persona a través de los hijos de las hijas, las mascotas u otras personas o incluso a través de desprestigiar a la persona ejerciendo el control social, no está presión social", agregó la especialista.
Para evitar llegar a esto y ante una inminente separación, la psicóloga recomienda acudir a terapia de pareja para garantizar una separación amistosa, enseñando técnicas de comunicación y resolución de conflictos que no supongan daños a quienes aman.