Científicos han desarrollado una extensa base de datos sobre los microbios presentes en alimentos, gracias a un innovador estudio que analiza el material genético de microorganismos en 2,533 fuentes alimentarias de 50 países.
Este atlas del microbioma alimentario, publicado en la revista Cell, tiene el objetivo de identificar microbios, mejorar la calidad de los alimentos y seguir la vida microbiana a través de la cadena alimentaria.
El estudio, liderado por el consorcio internacional Master y coordinado por Paul Cotter de Teagasc, ha utilizado la metagenómica para secuenciar simultáneamente todo el ADN de cada muestra alimentaria. Se analizaron 2,533 metagenomas, de los cuales 1,950 eran inéditos.
La mayoría de las muestras provenían de productos lácteos (65 %), seguidos de bebidas fermentadas (17 %) y carnes fermentadas (5 %). Se identificaron 10,899 microbios, muchos de los cuales eran especies nuevas.
Los científicos hallaron que los microbios varían entre alimentos similares, siendo más uniformes en bebidas fermentadas que en productos lácteos, lo cual podría ayudar a los productores a crear alimentos más consistentes y mejorar la seguridad alimentaria.
El estudio no solo facilita la identificación de microbios indeseables, sino que también puede ayudar a los reguladores a definir qué microorganismos son aceptables en ciertos alimentos. Además, puede contribuir a la seguridad alimentaria al localizar focos de contaminación y seleccionar desinfectantes adecuados.
¿Cómo lavar correctamente tus alimentos?
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) ha emitido una serie de recomendaciones para garantizar la seguridad al consumir frutas y verduras frescas. Estas medidas son esenciales para prevenir enfermedades transmitidas por alimentos y asegurar que los productos que llegan a la mesa estén en las mejores condiciones.
En primer lugar, es fundamental elegir productos que no estén golpeados o dañados. Si se adquieren frutas o verduras precortadas, como bolsas de lechuga o rodajas de sandía, es importante verificar que estén refrigeradas o almacenadas en hielo tanto en la tienda como en casa.
La higiene personal también juega un papel clave en la seguridad alimentaria. La FDA recomienda lavarse las manos con agua tibia y jabón durante 20 segundos antes y después de manipular frutas y verduras. Esto ayuda a eliminar cualquier bacteria que pudiera estar presente.
Al preparar estos alimentos, se debe desechar cualquier parte que esté dañada o golpeada. Además, se recomienda frotar suavemente las frutas y verduras bajo un chorro de agua, sin necesidad de usar jabón u otros productos de limpieza.
Para aquellos alimentos que necesitan ser pelados, es aconsejable lavarlos antes de retirar la cáscara, para evitar que la suciedad o bacterias se transfieran del cuchillo al interior de la fruta o vegetal. En el caso de frutas y verduras con cáscaras duras, como melones y pepinos, se sugiere utilizar una escobilla para limpiarlos a fondo.
Finalmente, una vez lavados, es recomendable secar las frutas y verduras con una toalla de papel o de tela para reducir la cantidad de bacterias que puedan quedar en la superficie. En el caso de lechugas o repollos, es prudente desechar las hojas externas, ya que estas pueden contener más suciedad o bacterias.
Siguiendo estas recomendaciones simples, se puede disfrutar de frutas y verduras frescas de manera segura, minimizando el riesgo de enfermedades y asegurando que los alimentos se mantengan frescos y saludables.