Tras un histórico juicio, hoy el Senado declaró no culpable a Donald Trump. La oposición demócrata acusaba al 45º presidente de Estados Unidos de haber utilizado recursos del Estado, en particular una ayuda militar validada por el Congreso, para tratar de obligar a Ucrania a "ensuciar" a un potencial rival político, el exvicepresidente demócrata Joe Biden.
Aunque la acusación de Trump por abuso de poder y obstrucción al Congreso quedará como una marca indeleble en su mandato -solo dos predecesores pasaron por esto: Andrew Johnson en 1868 y Bill Clinton en 1998, el proceso mostró que el partido republicano le es leal, un activo importante nueve meses antes de una elección en la que buscará un segundo mandato.
Solo Mitt Romney, el republicano derrotado por Barack Obama de las presidenciales de 2012, anunció que votaría por la destitución del mandatario por considerarlo "culpable de un terrible abuso de la confianza pública".
La probabilidad de que el magnate fue destituido de su cargo eran casi nulas ya que la Constitución de Estados Unidos requiere una mayoría de dos tercios (67 escaños de 100) para condenar a un presidente y Trump sabe que puede contar con el apoyo de al menos 52 de los 53 senadores republicanos.