Si usted se siente melancólico, nostálgico o reflexivo en la época de fin de año, es algo de lo que no debe preocuparse.
Sin embargo, si además de esto se siente con fatiga, insomnio, problemas para focalizarse y con pensamientos negativos, se trata de depresión.
La depresión invernal, también conocida como Trastorno Afectivo Estacional, afecta a entre 4 y 8 por ciento de la población general, en una proporción de cuatro mujeres por un hombre, de acuerdo con autoridades de salud federales.
Debido a que está condición es más común en niños, adolescentes, adultos mayores y personas solas, aisladas o con problemas psicológicos, ante el confinamiento y la incertidumbre que ha generado la emergencia sanitaria, se espera un incremento de la depresión estacional.
Debido a la constante presencia de información desalentadora, sumado a los problemas en casa, en el trabajo o los relacionados con la estabilidad financiera, las emociones pueden intesificarse y con ello las emociones negativas se multiplican.
Expertos señalan que la mejor forma de enfrentar este tipo de depresión es aceptando que es un problema que necesita de ayuda profesional.
De lo contrario el normalizar la tristeza puede traer serios problemas psicológicos que desencadenan en consecuencias poco favorables para el individuo y su familia.