La deforestación de árboles para la construcción de viviendas se ha convertido en una práctica común en el Estado de México, basta ver zonas en municipios del Valle de Toluca donde los árboles ya son pocos, las viviendas más y la tierra de cultivo casi desaparece.
Julio César desde hace 15 años trabaja el campo y de este modo generar ingresos, sin embargo señala que la tierra ya no da como antes, debido al impacto que ha generado la deforestación y es que al no haber vegetación, la tierra comienza a secarse.
Tan solo en Jilotzingo, Estado de México se ha visto afectada el cultivo de maíz, aguacate y los hongos en sus zonas boscosas, y es que se han hecho adecuaciones para un desarrollo inmobiliario que podría provocar la tala de 186 mil 504 árboles de 13 especies diferentes.