En la primera parte de esta entrega, les presentamos el caso de la desaparición de Dibanhi y el tortuoso camino que ha recorrido su familia para dar con su paradero. En esta segunda entrega hablaremos del caso de Diana, joven de 18 años que fue agredida de manera colectiva y violada y que se enfrentó también a la negligencia e indiferencia de la autoridad e inició este camino para acceder a la justicia.
Según el testimonio de Miriam Villarreal, mamá de la víctima, la agresión ocurrió el 2 de junio, día de las elecciones, en el sector de Sol de Oriente, en Torreón. Dos mujeres, Carla y Yeimi, llegaron a donde se encontraba su hija y un hombre identificado como Luis. Yeimi la sujetó del cabello mientras Carla la pateó en el rostro, dejándola inconsciente. Diana fue arrastrada dentro de una vivienda junto con Luis, donde ambos fueron despojados de su ropa y sometidos a golpizas mientras les tomaban fotografías y videos. Él logró huir.
"La tienen a mi hija durante varias horas retenida en esa casa, golpeándola, haciéndole infinidad de cosas, torturándola, porque ese es el nombre: tortura. La torturaron entre estas dos mujeres (...) esta mujer empieza a hacer llamadas telefónicas y a marcarle a gente. Llega más gente ahí a la casa donde está mi hija y empezó a pegarle en tandas", dice Miriam.
La joven fue violada por uno de los asistentes. Las agresiones continuaron hasta que una tía de Diana llegó para rescatarla. La policía no acudió al lugar, las interceptó en camino a Tribunales de Justicia Municipal, hizo la detención de una de las mujeres, pero elaboró mal el Informe Policial Homologado, por lo que fue dejada en libertad.
"A mí lo que me obstruyó mucho aquí que se hiciera judicialización pronta, fue el IPH (Informe Policial Homologado) mal hecho de los de los Policías Municipales, desde un principio el IPH estuvo mal, se quieren parar el cuello de decir: llegué y salvé hice esto y no es verdad".
Además, la joven tuvo que esperar casi 12 horas al médico legista para certificar las lesiones. No obstante, en el Centro de Justicia donde señala, hubo malos tratos, la primera pregunta fue: ¿Y por qué te pasó esto? como si hubiera justificación alguna para tan cobarde acto.
"Hoy me tocó a mí a mi familia, pero nadie estamos exentos en esto y pienso que lo correcto es señalarlo para que la gente que no sirve y que no está capacitada, no sé qué están haciendo en esos puestos".
Diana poco a poco se recupera de las lesiones físicas, las emocionales las está trabajando. Su madre emprendió una lucha para que se haga justicia, dice que por amor a su hija hará lo que tenga que hacer por la vía legal y también para que ninguna más se tenga que enfrentar a la incapacidad, la omisión y la negligencia de la autoridad que, se supone, debe protegerlas.