La zona metropolitana de Guadalajara es vecina de un volcán activo pero mucha gente no lo sabe y es poca la investigación al respecto. Se trata de la caldera de La Primavera, un super volcán que abarca el bosque y si bien, es poco probable que haga erupción en esta generación, el riesgo existe. Las calderas son volcanes cuyas erupciones son pocas y espaciadas por miles de años, pero de darse, son más peligrosas que los estratovolcanes como el de Colima o el Ceboruco. Por su cercanía con Guadalajara los daños serían catastróficos. Sin embargo, la posibilidad de un siniestro de esta magnitud son ínfimos, reconocen los expertos.
Según estudios geológicos, la actividad de la caldera de La Primavera se registra en periodos de 15 a 20 mil años. La última erupción ocurrió hace 28 mil años y dio origen al cerro de El Colli y sepultó el Valle de Atemajac bajo una capa de piedra pómez. El investigador Phil C. Weigand publicó un estudio en 2011 donde señala que estos volcanes explotan de manera violenta con poco aviso. Guadalajara en particular no tiene equipo para medir y vigilar las actividades geológicas en el interior de la caldera.
La fuerza de los volcanes se miden con el Índice de Explosividad Volcánica o IEV. La caldera de La Primavera tiene un IEV de 6.4. Para ponerlo en perspectiva, la caldera del Yellowstone en California, el Lago Toba en Sumatra y el Lago Taupo en Nueva Zelanda tienen un IEV-8, poniéndose en la categoría de supervolcanes.
Luis Valdivia Ornelas, coordinador del Departamento de Geografía del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Guadalajara.
"Ante una explosión o la formación de un nuevo domo , porque digamos, es la parte más importante de una caldera, los domos riolíticos, lo más, lo que generaría sería lo que llaman flujos piroclásticos que son una especie de nubes piroclásticas de altas temperaturas y que se esparcen a gran velocidad, digamos sería el riesgo más alto"
A decir del especialista la caída de ceniza provocaría también una gran afectación a todo el Valle de Atemajac.
Todos estos escenarios son supuestos y posiblemente pasen aún cientos a miles de años para que pudieran ocurrir, sin embargo, los especialistas reconocen que debe haber un monitoreo del bosque. Si bien en los años 60s y 70s científicos voltearon hacia el bosque de La Primavera, la investigación de esta caldera ha disminuido y han sido volcanólogos extranjeros quienes han investigado el fenómeno del bosque en los últimos años.
Luis Valdivia Ornelas, coordinador del Departamento de Geografía del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Guadalajara.
"Pero a partir de los 70 ha habido poco interés a excepción de la CFE para poder entender el sistema geotérmico pero ya no ha habido mayor gente que le interese estudiar la estructura volcánica de La Primvera porque todavía hay muchos temas que trabajar".
A decir del experto, por lo pronto se debe de investigar la microsismicidad que acompaña al Bosque de La Primavera y que abarca hasta la zona de Tesistán y la barranca del Río Santiago.