El encarcelamiento masivo en Latinoamérica ha alcanzado niveles alarmantes, con la población en prisión casi cuadruplicándose desde 1990.
Un estudio reciente, publicado en la revista The Lancet Public Health, señala que este fenómeno se ha convertido en "el principal factor de riesgo de tuberculosis en la región". Según el reporte, en 2019, cerca de un tercio (27.2 %) de los nuevos casos de tuberculosis en Argentina, Brasil, Colombia, El Salvador, México y Perú se relacionaron con el encarcelamiento.
Este porcentaje supera otros factores de riesgo, como el VIH, los trastornos por consumo excesivo de alcohol y la malnutrición. La investigación fue realizada por la Fundación Oswaldo Cruz de Brasil (Fiocruz) en colaboración con instituciones de varios países, y concluyó que las tasas de tuberculosis son "26 veces más altas entre los presos que en la población general".
Las condiciones en las que viven los reclusos contribuyen a la propagación de la enfermedad. El hacinamiento, la mala ventilación, la desnutrición y el acceso limitado a la atención médica son factores que facilitan la transmisión y el avance de la tuberculosis en las prisiones. Los autores del estudio advirtieron que, si se redujera en un 50 % el ingreso a prisión y la duración de las penas de manera gradual para 2034, la incidencia de la tuberculosis podría disminuir en más del 10 % en los países analizados, excepto en México.
El estudio también proporcionó un panorama global de la situación. En 2022, 10,6 millones de personas sufrieron de tuberculosis en todo el mundo. Aunque la incidencia global de la enfermedad disminuyó un 8,7 % desde 2015, América Latina experimentó un aumento del 19 % en el mismo periodo, coincidiendo con un crecimiento acelerado de la población carcelaria en la región.
Los investigadores instaron a las agencias internacionales de salud y a las autoridades gubernamentales a "colaborar para atajar esta crisis sanitaria" mediante estrategias integrales que incluyan el desencarcelamiento. La situación en las prisiones latinoamericanas no solo afecta a los reclusos, sino que tiene implicaciones para la salud pública en general, haciendo urgente la necesidad de abordar estos problemas de manera efectiva.
La lucha contra la tuberculosis en la región se complica aún más debido a la falta de recursos y atención en el sistema de salud, especialmente en las cárceles. La necesidad de un enfoque que considere tanto la salud pública como la reforma del sistema penitenciario es vital para combatir este desafío sanitario en Latinoamérica.
Con información de EFE.