- No hemos aprendido de las lecciones que nos han dejado desastres naturales anteriores
- "estamos tolerando la auto construcción, la urbanización no planificada"
Por: Abel Martínez Luna
Aunque México es ejemplo en modelos de gestión de riesgos, tiene retos en su ejecución que ponen en riesgo a millones.
A partir de 1986 se ha consolidado un sistema nacional de protección civil, un centro nacional de prevención de desastres, atlas nacional de riesgos, planes de emergencias, sistemas de alerta sísmica, monitoreo volcánico y de ciclones, pero hace falta investigación, actualización y mejor ejecución.
Fausto Lugo García, experto en tecnología aplicada a la seguridad, profesional certificado en protección (CPP), señala, "si no hay recursos para investigación, si no hay recursos para modelado, si no hay recursos para infraestructura de atlas de riesgo, pues ahí estamos peor, hay municipios y estados que no cuentan con un atlas de riesgo".
Los avances no han llegado a todo el país. 63% de los municipios no tienen atlas de riesgo y carecen de planes ante fenómenos naturales.
Dónde sí hay atlas, se conocen las zonas de riesgo y se prohíbe habitarlas, pero esto no se respeta.
Oliver de la Rosa, maestro en proyectos para el desarrollo urbano, denuncia, "estamos tolerando la auto construcción, la urbanización no planificada, la gente dice esto me sale muy caro, no tengo apoyo del gobierno, lo construyo como puedo y salen esos productos de casas que son peligrosas".
Acapulco es un ejemplo, no se ha reforzado la infraestructura a pesar de que cada año hay una probabilidad de 64% de que lo golpee un huracán.
Hay reglamentos de construcción, pero un tercio de las viviendas fueron construidas con materiales de baja calidad y las 212 zonas de riesgo y alto riesgo siguen habitadas por más de 5 mil familias.
Roberto Guadalupe Cañas Pozos, experto en gestión integral de riesgos y director general en Reri Consultores, recuerda, "en el año de 1994 golpea un ciclón nivel 4 ¿qué aprendimos del 94 al 2023 de ese golpe de un nivel menor pero de una magnitud impresionante que causó muertes? No se aprendió nada porque las acciones de prevención que debió haber hecho el puerto desde el municipio hasta el estado no se aplicaron".
En 1980 el gobernador Rubén Figueroa se comprometió a reubicar a la población vulnerable; en 1997, tras Paulina, Ernesto Zedillo hizo el mismo compromiso y en 2013, tras el golpe de Manuel, Peña Nieto, se sumó a las promesas.
En Acapulco, sólo el "edificio inteligente" del gobierno del estado fue construido para resistir huracanes categoría 5.
"Cambian los escenarios, habrá que actualizar los atlas de riesgo de todas las costas de México para tener este escenario considerado a partir de lo que está sucediendo en Guerrero", indica Fausto Lugo.
El golpe atípico de Otis representa un reto, si se aprendiera de los errores, la reconstrucción de Acapulco debería contemplar el reforzamiento de las estructuras del gobierno, un nuevo reglamento de construcción para hoteles y viviendas, y su plena ejecución.
Y a nivel nacional la actualización del atlas de riesgo, los de los estados y la creación de los municipales, y su ejecución correcta ante los cada vez más peligrosos fenómenos naturales.