Por: Abel Martínez
Pese a lograr estabilidad macroeconómica, abrirse al comercio internacional y diversificar su economía, factores que deberían impulsar el desarrollo, México mantiene serios rezagos.
5 lustros con 2.5% de crecimiento promedio anual. 7 de cada 10 mexicanos en pobreza y con carencias. 66 % sin seguridad social. Aprendizaje promedio, de primero de secundaria. 30 mil homicidios dolosos al año, 100 mil desaparecidos y 99% de impunidad.
Para expertos, el problema es que ninguna autoridad ha impulsado un plan de desarrollo de largo plazo y las decisiones estratégicas se toman por intereses políticos.
José Fernández Santillán, politólogo e integrante de asociaciones científicas internacionales, asegura "tenemos dos grandes fracasos primero el modelo neoliberal destrozó al país literalmente y luego lo vino a rematar el modelo de la 4T que no es un modelo sino un conjunto de ocurrencias".
En seguridad y justicia hay déficit de policías y fiscalías inoperantes por saturación, ante la falta estrategia.
Francisco Rivas, director del Observatorio Nacional Ciudadano, diagnostica el problema, "mal diseño que parte de un problema de recursos que parte de un problema de visión".
Ante los retos, múltiples voces proponen un plan de desarrollo, creado por autoridades, expertos y sociedad, que progresivamente garantice gobernabilidad.
Fernández Santillán, propone, "hay que pensar fundamentalmente en el orden jurídico en seguridad jurídica para todos los mexicanos".
Andrés Castañeda, coordinador de las causas de la salud y bienestar en la organización Nosotrxs, agrega, "políticas públicas que trasciendan sexenios y que se hagan acompañarle un presupuesto suficiente".
Esta propuesta se basa en la social democracia o "nueva tercera vía", donde sociedad y gobierno fijan el rumbo del país a largo plazo, poniendo el interés común por encima de intereses particulares; modelo que ha funcionado en países nórdicos y recientemente en Portugal.
José Fernández Santillán, explica, "cada uno renunció a algo para dar algo al interés general para cambiar el país".
En este modelo, los partidos se deben abrir a la sociedad y llevar a nuevos y múltiples liderazgos a los espacios donde se toman las decisiones e impulsar la creación y ejecución del proyecto de país.
Por ahora, a pesar de diagnósticos y propuestas, no hay consenso ni voluntad política para crear ese gran proyecto de desarrollo que trascienda sexenios.