El gobierno federal postergó la prohibición para importar y utilizar glifosato en la agricultura mexicana, un producto que elimina las hierbas que afectan los cultivos, esto debido a que no hay sustitutos químicos y para salvaguardar la seguridad agroalimentaria.
Las secretarías de Economía, de Medio Ambiente y Recursos Naturales, de Agricultura y Desarrollo Rural y la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), argumentaron que no puede entrar en vigor el decreto del 13 de febrero del 2023 por el que se prohíbe el uso, enajenación, distribución, promoción e importación de glifosato.
A partir del 1 de abril de 2024, el gobierno federal debía de abstenerse de otorgar autorizaciones y permisos para la importación, producción, uso y distribución de glifosato.
Las dependencias aseguran que hay tres casos en que se puede otorgar el uso de este químico y son: para mantener la producción agrícola, disminuir el posible impacto por la sustitución de la sustancia y hasta que se cuente con las alternativas, prácticas agroecológicas y saludables, que permitan prescindir completamente del glifosato, este último continúa en proceso.
El gobierno reconoció que "no se han concretado las condiciones para sustituir el uso del glifosato en la agricultura mexicana, debe prevalecer el interés de salvaguardar la seguridad agroalimentaria del país".
En el decreto de hace un año se preveía que el gobierno iba a desarrollar sustitutos al glifosato, pero "las acciones previstas en el Decreto aún no concluyen, por lo que el Ejecutivo Federal por conducto de las dependencias que suscribimos determinó continuar en la búsqueda de alguna alternativa de herbicida de amplio espectro y de baja toxicidad que sustituya al glifosato y que permita mantener la productividad de quienes optan por este insumo".
En 2015 el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) concluyó que el glifosato es una sustancia probablemente cancerígena.