Entre 1998 y 1999 se dieron a conocer los primeros casos de niños con plomo en la sangre. Los pequeños acudían al médico con secuelas debido a la exposición directa a este metal pesado. De los primeros 52 niños estudiados, cuatro de ellos con los índices más altos de 45 a 69 microgramos por decilitro eran vecinos de la colonia Luis Echeverría.
Meses después se dio a conocer en la ciudad de Torreón más casos similares. Lo que preocupó sobre todo a médicos.
"En un tiempo de casi 30 días diagnostiqué 52 niños con plomo, pensé que pudiera tratarse de algún problema de tipo epidémico, porque revisando cuántos niños con plomo había en la región dentro de los registros de la Secretaría de salud, seguro social, no se tiene reporte de casos". Manuel Velasco, médico pediatra
Durante ese periodo docenas de niños tuvieron que ser internados en diversos hospitales por tener niveles sumamente altos de plomo. Y una vez que el nivel del plomo es reducido mediante un tratamiento de agentes quelantes, estos niños y sus familias debían ser reubicados para que no vuelvan al ambiente contaminado.
"Los números nos quedamos cortos pensé que habría otros 3 mil niños envenenados, pero resultó un número entre 25 mil y 30 mil" Manuel Velasco, médico pediatra
Después de algunos estudios por expertos en el tema, se dio a conocer que colonias aledañas a la empresa fundidora ubicada al Sur de la Ciudad era la causante de este daño, por lo que los casos de la colonia Luis Echeverría coinciden, por lo que tuvo que ser reubicada.
"Se enfermaron del estómago, de dolor de cabeza, estaban emplomados//sí bastante inclusive yo trabajaba en fertilizantes y la verdad no podíamos, yo no descansaba casi por el humo que soltaban tan fuerte, tanto en la mañana como en la tarde" Félix Cobos, vecino de la colonia "Luis Echeverría"
En la actualidad los familiares de pacientes de niños con plomo, mencionan que estos niños, ahora adultos, presentan algunas consecuencias.
"Nos están llegando casos de muchachitos vecinos entre sí, todos se conocen yo creo que si me voy a un radio de mil metros cuadrados es mucho o hasta menos, de insuficiencia renal y a nosotros nos preocupa mucho porque la literatura nos marca que el daño es renal, psicológico, su cerebro, les daña muchas cosas". Eva Mendiola, presidenta de la asociación "una luz de esperanza"
Para las familias de estas personas mencionan que, aunque en su momento se les dio atención médica, el daño es permanente.