El vicesecretario general de Hizbulá, Naim Qassem, declaró este martes que el grupo chií tiene el derecho de atacar cualquier punto de Israel en respuesta a los bombardeos masivos que el país vecino ha llevado a cabo sobre Líbano desde finales de septiembre. Durante un discurso televisado, Qassem afirmó que Hizbulá se defenderá "en cualquier zona", ya sea en el centro, norte o sur de Israel.
Qassem señaló que esta postura de defensa es parte de una "nueva fase de conflicto" en la que Hizbulá busca infligir dolor a Israel. Según el clérigo, el grupo ha lanzado proyectiles contra la ciudad de Haifa y otras áreas, aunque insiste en que los ataques están dirigidos a objetivos militares. Acusó a Israel de atacar indiscriminadamente a civiles, incluyendo mujeres, niños, ancianos, hospitales y centros de ayuda humanitaria.
El líder de Hizbulá también expresó su disposición para un alto el fuego, pero advirtió que, si Israel se niega, el grupo continuará con sus ataques. "La solución es un alto el fuego. No hablamos desde la debilidad, pero si no quieren una tregua, nosotros seguiremos", declaró Qassem, quien subrayó que una tregua permitiría que los desplazados del norte de Israel puedan regresar a sus hogares.
Qassem advirtió que, si la guerra continúa, más de dos millones de personas podrían estar en peligro y que el número de colonias inhabitadas aumentará. A pesar de los ataques que ha sufrido el grupo en el último mes, Qassem afirmó que Hizbulá sigue siendo fuerte y resistente.
Al final de su intervención, el clérigo hizo un llamado a la unidad nacional, apelando a la solidaridad entre las distintas comunidades religiosas del Líbano. "Nosotros y vosotros estamos en el mismo barco, somos una familia", enfatizó, asegurando que Hizbulá trabajará con las autoridades y otros grupos para reconstruir las áreas afectadas por los bombardeos israelíes.
La situación en la región sigue siendo tensa, mientras los ataques y contrataques entre Israel y Hizbulá continúan, afectando a miles de personas y exacerbando las tensiones en una zona ya de por sí dividida y frágil.