Dormir bien es esencial para la salud.
La verdad generalmente aceptada es que tenemos que dormir ocho horas de un tirón. La realidad es que debemos dormir entre siete y nueve horas. El sueño y el descanso nos permiten recargar energía y eliminar neurotoxinas.
También nos ayuda a mantener un peso saludable, reducir los riesgos de problemas graves de salud, como diabetes y enfermedades del corazón. Disminuye el estrés y mejorar el estado de ánimo. Nos ayuda a pensar con claridad. Y desde luego, el desempeño en los estudios y en el trabajo es mejor.
"El sistema inmunológico se va a fortalecer durante el sueño; el aprendizaje, algo bien interesante, la memoria, se consolida durante el sueño, y todo lo que son las neurotoxinas, también se van a limpiar durante el sueño", señala Héctor Tlatoa, directpr del Centro de Medicina de la Actividad Física y el Deporte de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma del Estado de México.
El Instituto Nacional de Salud Pública y el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias indican que sólo uno de cada dos adultos mexicanos duerme el tiempo considerado como saludable. Además, existen patologías constantes como la apnea del sueño.
En la Clínica del Sueño del Centro de Medicina de la Actividad Física y el Deporte de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma del Estado de México señalan que el insomnio es la alteración del sueño más frecuente, lo que puede desencadenar otras enfermedades.
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición documentó que uno de cada cinco adultos tiene sueño no reparador y, por tanto, cansancio o fatiga. El insomnio afecta a un tercio de la población general adulta en México, especialmente entre las mujeres mayores de 40 años, donde la prevalencia alcanzó el 42 por ciento.
El deterioro en la cantidad o calidad de sueño es un antecedente de todas las enfermedades mentales. Deterioro cognitivo, depresión, riesgo suicida, trastorno bipolar, ansiedad. En la lista también está el alzheimer.
"Durante el sueño se limpian las toxinas que nosotros generamos en el pensamiento cotidiano, en la vida cotidiana, si no duermo, esas toxinas no se van a limpiar, y por el contrario, van a generar betamieloides que, aglomerados, nos van a conducir a una enfermedad que se llama Alzheimer", describe Tlatoa.
¿Cómo prevenir? Actividad física programada regular y constante, la llamada higiene del sueño, que es dormir en cierto horario y con suficiencia, y una nutrición adecuada. Esos son factores esenciales para mejorar la calidad del sueño. Y mejorar nuestra salud física y mental.