El Ejército israelí ha tomado medidas que lo acercan a una temida ofensiva terrestre en el sur de Líbano.
Este miércoles, convocó a dos brigadas de soldados reservistas para realizar "misiones operativas" en la frontera norte. Las fuerzas israelíes indicaron que este movimiento busca combatir a la organización terrorista Hizbulá y crear las condiciones necesarias para que los residentes del norte de Israel puedan regresar a sus hogares.
El jefe del Estado Mayor israelí, Herzi Halevi, comentó que los recientes ataques aéreos en Líbano están destinados a preparar el terreno para una posible incursión terrestre. Durante un ejercicio militar en la frontera, Halevi afirmó que los bombardeos han sido constantes y que se están atacando objetivos estratégicos para seguir debilitando a Hizbulá. "Podéis oír a los aviones ahí arriba, atacamos todo el día", declaró.
La estrategia militar israelí contempla la posibilidad de entrar en pueblos del sur de Líbano que Hizbulá ha convertido en bases militares, con el objetivo de destruir su infraestructura. Sin embargo, hasta el momento, Israel solo ha llevado a cabo ataques aéreos en los últimos tres días, y no se ha dado la orden de realizar una incursión terrestre.
Ayer, el mayor general Ori Gordin, jefe del Comando Norte del Ejército, sugirió que las tropas deben estar listas para "maniobrar" dentro de Líbano. Gordin destacó que han entrado en una nueva fase de campaña militar, la cual ha incluido ataques significativos a las capacidades y mandos de Hizbulá.
Desde el lunes, Israel ha intensificado su campaña de bombardeos, centrando sus esfuerzos en el sur y el este de Líbano. Según informes, más de 500 personas han perdido la vida debido a estos ataques, y decenas de miles de libaneses han sido desplazados internamente. En un comunicado, el Ejército israelí informó que este miércoles alcanzó 60 objetivos relacionados con Hizbulá, incluidos cuarteles e infraestructura clave.
En respuesta a la escalada, Hizbulá también ha incrementado sus ataques hacia Israel. Recientemente, se detectó un misil de largo alcance lanzado desde Líbano que fue interceptado por las defensas israelíes, marcando un punto significativo en este conflicto que se intensificó desde el 8 de octubre. Desde entonces, más de 700 personas han muerto, la mayoría en Líbano, mientras que en Israel se han registrado 52 muertes, incluidas 26 civiles y 26 militares.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, tiene previsto convocar a su Gabinete de Seguridad para discutir la situación antes de viajar a Estados Unidos para participar en la Asamblea General de la ONU. La tensión en la región continúa aumentando, mientras ambos lados se preparan para lo que podría ser una escalada aún mayor en el conflicto.
Con información de EFE.