La temperatura del agua en la Gran Barrera de Coral, ubicada frente a las costas del estado de Queensland en Australia, ha alcanzado niveles récord en la última década, según un reciente estudio.
Esta situación pone en peligro el mayor arrecife del mundo, que se extiende a lo largo de unos 2,400 kilómetros.
Científicos de diversas universidades australianas analizaron muestras de coral, utilizando un método similar al conteo de anillos en los árboles, para medir las temperaturas oceánicas estivales desde 1618. Estos resultados se combinaron con datos de barcos y satélites de los últimos cien años, revelando que las temperaturas oceánicas se mantuvieron estables durante siglos hasta que comenzaron a aumentar alrededor de 1900 debido a la influencia humana.
Entre 1960 y 2024, los investigadores observaron un calentamiento promedio anual de 0.12 °C por década, especialmente de enero a marzo. Este aumento ha provocado cinco veranos de blanqueamiento masivo de corales desde 2016, eventos en los que grandes secciones del arrecife se vuelven blancas debido al estrés por calor, poniéndolas en mayor riesgo de muerte.
"El mundo está perdiendo uno de sus iconos", afirmó Benjamin Henley, académico de la Universidad de Melbourne y coautor del estudio. "Es una tragedia absoluta. Es difícil entender cómo puede ocurrir durante nuestra vida. Así que es muy, muy triste".
El dato más reciente, de enero a marzo de este año, fue el más alto registrado y "muy por encima" de cualquier otro año, señaló Henley. Los arrecifes de coral no solo protegen las costas de la erosión, sino que también albergan miles de especies de peces y son una importante fuente de ingresos turísticos en muchos países.
Desde febrero de 2023, al menos 54 países y regiones han experimentado un blanqueamiento masivo de sus arrecifes a medida que el cambio climático calienta las aguas superficiales del océano, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA).
Actualmente, la Gran Barrera de Coral no figura en la lista de sitios del patrimonio mundial en peligro de la UNESCO, aunque la ONU recomienda que se añada. Australia ha presionado durante años para mantener el arrecife fuera de esta lista, ya que su inclusión podría perjudicar al turismo.