Un grupo bipartidista de legisladores estadounidenses instó a los altos funcionarios de comercio y agricultura de su país a iniciar conversaciones con la nueva administración mexicana liderada por Claudia Sheinbaum, quien asumió la presidencia el día de hoy
Esta solicitud, de acuerdo a EFE, se realizó mediante una carta Dirigido a Katherine Tai, representante de Comercio de Estados Unidos, y Tom Vilsack, secretario de Agricultura, en la que expresan su preocupación por las disputas comerciales en curso bajo el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). En particular, los legisladores se centran en la prohibición de México sobre el maíz genéticamente modificado (GM), una medida que consideran infundada y que ha generado incertidumbre para agricultores y empresas estadounidenses.
La misiva fue firmada por miembros destacados del Congreso como Randy Feenstra, Daniel T. Kildee y Brad Finstad. Ellos argumentan que más del 90% del maíz cultivado en Estados Unidos es GM, y que esta prohibición ha creado una gran incertidumbre desde que se emitió el decreto original en 2020. "Este decreto ha creado una enorme incertidumbre para nuestros agricultores, empresas y desarrolladores de semillas", señalaron los legisladores.
El T-MEC ofrece un marco legal y comercial que incentiva la producción y el abastecimiento de mercancías dentro de la región, esto incluye la eliminación de barreras al comercio y la simplificación de procesos aduaneros, lo cual reduce costos y facilita el intercambio de bienes y servicios
Además, la carta menciona declaraciones recientes de Julio Berdegué Sacristán, el nuevo Secretario de Agricultura y Desarrollo Rural de México, quien indicó que la administración actual abandonará el objetivo de reducir las importaciones de maíz amarillo, utilizado comúnmente en alimentos para animales. Sin embargo, los congresistas advierten que tanto el decreto como la regulación mexicana que prohíbe el maíz GM (NOM-187) siguen vigentes y existe la posibilidad de que se apruebe la legislación relacionada en el Congreso mexicano.
Esta situación se complica aún más por el hecho de que Estados Unidos ha solicitado formalmente consultas bajo el T-MEC para resolver esta disputa. La Casa Blanca ha expresado su preocupación por las políticas biotecnológicas de México, argumentando que no están basadas en evidencia científica y podrían interrumpir las exportaciones estadounidenses.