En el Estado de México la mancha urbana ha ido en crecimiento pues al año se ven arrasadas y destruidas 4 mil 476 hectáreas de bosques.
80 por ciento han sido utilizadas para la construcción de vivienda e infraestructura urbana. Otro 10 por ciento se pierde por la tala.
El estado de México es considerado uno de los estados con más densidad poblacional y por ende se busca la expansión de zonas urbanas, lo que lleva al crecimiento demográfico desmedido.
Tan solo en la zona metropolitana de Toluca en los últimos treinta años se ha registrado un crecimiento de más de un millón y medio de habitantes, triplicando la población, lo que significa que su área ha crecido 27 veces.
Este crecimiento demográfico desmedido ha llegado a amenazar zonas forestales de régimen ejidal y comunal y zonas agrícolas, para la construcción de viviendas y dotación de servicios.
Estos complejos habitacionales terminan ubicándose en zonas lejanas, además de que carecen de servicios lo cual hace inhabitables estos lugares, por ende haciendo inútiles las acciones de deforestación para su construcción.
Las hectáreas devastadas rebasan a las recuperadas por las empresas, para la construcción de viviendas e infraestructura se destinan cada año 3 mil 580 hectáreas, mientras que la tala acaba con 448.
Algunas áreas afectadas por la urbanización en el estado de México son la zona boscosa de Zinacantepec, la cual fue devastada por la construcción de zonas habitacionales, Almoloya de Juárez y el Parque nacional de los Remedios en Naucalpan del cual ya solo quedan menos de 114 hectáreas de las 400 originales.