Lo lograron. Las y los migrantes que entrevistamos el 16 de abril en Gómez Palacio ya están en Estados Unidos. El camino no fue fácil. Ese día, la Guardia Nacional los cercó, momentos antes de que se parara el tren, pero al final pudieron abordarlo y llegar a la parte más alta de la máquina de hierro para continuar su viaje.
"El tren avanzó y cuando llegamos a Ciudad Juárez nos encontramos a la migra con el Ejército Mexicano, mantuvimos una posición firme y nadie se bajó del tren. Las mujeres con niños llorando, todo el mundo gritando, una situación bien fea", dijo Yanaris, una de las migrantes que entrevistamos aquel día y que ahora responde por videollamada desde Miami, Florida.
Una hora estuvo detenido el ferrocarril. Nadie se bajó. Eran por lo menos 300 personas. Las autoridades no tuvieron otra opción que dejarlos continuar.
"Y ahí continuamos caminado hasta la peque de ciudad Juárez. Llegamos a las 2 de la mañana hasta la peque (...) estaban los carteles distorsionando estafando a las personas y con el favor de lo que existe logramos entrar a la frontera", agregó.
Yanaris cuenta que los delincuentes andan armados y las despojaban de lo que no les habían arrebatado los policías y demás grupos de la delincuencia organizada en su paso por el resto del país, que quien no tenía dinero era golpeado y despojado de sus pocas pertenencias o desaparecido por el mismo cartel, unas escenas terribles, dice.
Quienes pudieron librar este último obstáculo lograron cruzar al otro lado y tocar el muro fronterizo. Ahí migración los esperaba. En su caso, por ser cubana, Yanaris se acogió a la Ley de Refugiados Cubanos I 220 A que permite aspirar a la residencia americana.
Yanaris y su hija de 14 años salieron de Cuba el 27 de agosto del año pasado y llegaron a Estados Unidos el 19 de abril. Todavía sigue en contacto con algunas personas que encontramos aquella tarde de abril planeando abordar el tren y que contaron el terror de su paso por México, su viaje en el techo del ferrocarril, los secuestros, extorsiones, golpes, malos tratos, humillaciones que sufrieron, todo por un futuro mejor, porque nadie que deja a su madre, a su padre hijas e hijos, a su hogar y a su patria arriesgando su vida, lo hace por gusto.