En Alemania, la cifra de personas de la tercera edad va en aumento, es por eso que se debate sobre la "muerte digna" y el "suicidio asistido".
De acuerdo a publicaciones de la emisora internacional alemana Deutsche Welle, desde hace cuatro años existen cuestiones contradictorias sobre el tema, lo que dificulta comprender lo que está o no permitido.
En 2015 el Bundestag prohibió la asistencia "organizada" al suicidio, que se penaliza con hasta tres años de cárcel pero dos años después, la Corte Administrativa de Leipzing determinó que "en casos excepcionales, el Estado no puede impedir el acceso de un paciente a productos anestésicos que le permitirían suicidarse de manera digna y sin dolor".
En 2002 el esposo de una mujer afectada por parálisis total debido a un accidente, recurrió a dicho tribunal y tres años después se trasladó a Suiza para acceder al suicidio asistido, para lo cual los jueces le impusieron tres condiciones: que el sufrimiento del paciente sea insoportable, la decisión de morir se tome libremente y que no haya ninguna alternativa razonable.
El caso generó rechazo de las iglesias católica y protestante, por lo que el gobierno suspendió en 2018 la aplicación de esta medida.
En ese marco, este martes y miércoles, la Corte Constitucional, a la que han acudido asociaciones alemanas y suizas de ayuda al suicidio, médicos y pacientes, analizará los temas, aunque sin fecha precisa de su pronunciamiento.
En países europeos como Holanda, Bélgica y Luxemburgo se legalizó la eutanasia, pero en España, Suiza, Francia, Reino Unido y Portugal solo permiten cierta forma de ayuda a la muerte, mediante tratamientos antidolor que conllevan al acortamiento de la vida del paciente terminal.
Los opositores a dicha práctica son Italia, Irlanda o Polonia, por su marcada inclinación católica, de acuerdo con la publicación del portal dw.com.