El Papa Francisco celebró la Nochebuena con una misa discreta en la parte trasera de la Basílica de San Pedro, pidió a los fieles a ayudar a los más necesitados.
En la celebración religiosa habían menos de 100 personas y un pequeño número de cardenales y obispos. Por lo general, se lleva a cabo en la sección principal de la basílica y asisten hasta 10 mil personas, incluido cuerpo diplomático que representa a casi 200 países.
Todos, excepto el Papa y un coro pequeño, usaron cubrebocas durante la misa, que comenzó dos horas antes de lo habitual para que el número limitado de personas que asistieron pudieran regresar a casa a las 22:00 hora local, cuando se inicia el toque de queda.
Francisco aseguró también que la Navidad debería hacer que todos reflexionen sobre "nuestra injusticia hacia tantos de nuestros hermanos y hermanas" en lugar de perseguir "nuestro deseo infinito de posesiones" y placeres efímeros.