Un grupo de jóvenes en Valencia ha organizado una acampada en la Plaza del Ayuntamiento como respuesta a la crisis de vivienda que afecta a la ciudad
La movilización en Valencia surge tras una manifestación masiva que reunió a miles de personas para demandar soluciones a los altos precios de alquiler y venta de viviendas, así como para exigir medidas contra el turismo masivo, considerado uno de los factores que contribuyen al aumento de los precios. La acampada, que comenzó el pasado sábado, busca visibilizar la urgencia de una respuesta pública ante lo que muchos consideran una crisis habitacional.
La situación actual en Valencia refleja un problema más amplio que afecta a muchas ciudades españolas. Los jóvenes manifestantes han expresado su frustración no solo por los precios desorbitados de la vivienda, sino también por la falta de apoyo gubernamental. La acampada se asemeja al movimiento del 15M, que en 2011 movilizó a miles de personas en toda España para protestar por la falta de oportunidades y el desencanto con la clase política. En aquel entonces, las acampadas en lugares emblemáticos como la Puerta del Sol en Madrid se convirtieron en un símbolo de resistencia social.
Los manifestantes han articulado varias demandas clave:
Uno de los lemas más resonantes durante la protesta fue "Si no tenemos casa, ocuparemos la plaza", un eco del espíritu del 15M que subraya el carácter intergeneracional del problema. Muchos jóvenes comparten sus experiencias con dificultades para encontrar vivienda asequible, mientras que otros adultos también enfrentan el mismo dilema
La respuesta política a esta movilización ha sido variada. La delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Pilar Bernabé, ha destacado que la acampada se está llevando a cabo pacíficamente y ha expresado su comprensión hacia las demandas de los jóvenes. Por otro lado, el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, ha mostrado empatía hacia los acampados y ha reconocido la necesidad urgente de abordar estos problemas habitacionales.
Sin embargo, partidos opositores como el PSPV y Compromís han criticado al gobierno local por no aplicar adecuadamente las leyes existentes sobre vivienda y por permitir que los precios sigan aumentando sin control.
El movimiento actual recuerda mucho al 15M no solo por su origen en la juventud descontenta, sino también por su enfoque en problemas sistémicos. A pesar de que algunos partidos surgieron como alternativas al bipartidismo tras el 15M, muchos han perdido relevancia en los últimos años
En México, hay 35.3 millones de viviendas particulares habitadas, con un 57.1% de estas siendo propias y ya pagadas, y un 16.4% que se encuentran en renta. El resto se divide entre viviendas prestadas, en proceso de pago y otras situaciones. Sin embargo, la posibilidad de adquirir una vivienda se ve limitada por la dificultad para acceder a créditos hipotecarios, causada por la inestabilidad laboral, la falta de historial crediticio y la insuficiencia de ahorros para el enganche inicial.
Además, 5.8 millones de viviendas son rentadas, principalmente debido a que sus ocupantes carecen de acceso a crédito o de los recursos económicos necesarios para adquirir una casa propia. En estados como Guerrero, Chiapas y Sinaloa, más del 60% de las personas optan por el alquiler por estas razones.
En México, hay diversas opciones de créditos para la adquisición de vivienda, como los ofrecidos por Infonavit y Fovissste. Además, el gobierno cuenta con el Programa de Apoyo a la Vivienda de FONHAPO, que otorga subsidios a hogares en situación de pobreza para construir, ampliar o mejorar sus viviendas. Estos subsidios van desde 48 mil hasta 63 mil pesos para construir unidades básicas, y de 10 mil a 20 mil pesos para mejoras o ampliaciones en áreas urbanas y rurales. Se prioriza a hogares en extrema pobreza, con miembros discapacitados, padres solteros, y adultos mayores.