Miles de personas salieron hoy a las calles de las principales ciudades de Rusia para manifestarse contra la reforma del sistema de pensiones por la que se eleva la edad de jubilación, a pesar de que el presidente Vladimir Putin propuso suavizarla para calmar el malestar de la población.
Alrededor de nueve mil personas se manifestaron en Moscú, a unos dos kilómetros del Kremlin, según una organización que se dedica a contabilizar a los inconformes, aunque la Policía de Moscú situó en seis mil la cifra de manifestantes y los organizadores elevaron el número hasta 100 mil.
En respuesta a la convocatoria del Partido Comunista de Rusia y otras organizaciones de izquierda, los manifestantes marcharon por las calles portando banderas rojas con la hoz y el martillo y pancartas en las que se leía "¡Fuera las manos de nuestras pensiones!, "¡No a la reforma de las pensiones!" o "¡Gobierno, dimisión!".
Además de la manifestación en Moscú, que se desarrolló sin incidentes debido al estricto dispositivo policial, también se celebraron mítines contra la reforma de pensiones en diversas ciudades de Rusia, aunque fueron menos concurridas, según la agencia rusa de noticias Interfax.
"Hoy nos manifestamos en toda Rusia para protestar contra esta reforma caníbal", dijo el líder del Partido Comunista, Guennadi Ziuganov, en su intervención ante la multitud en Moscú.
La propuesta del Ejecutivo, que contempla que la edad de jubilación en el caso de los hombres pase de 60 a 65 años de forma paulatina entre 2019 y 2028, mientras en el caso de las mujeres pase de 55 a 63 años entre 2019 y 2034, aprobada ya en primera lectura por la Duma, provocó un rechazo total en la sociedad.
El malestar popular por la reforma obligó la semana pasada al presidente Putin a suavizarla, al plantear elevar la edad de jubilación para las mujeres de 55 a 60 años, solo cinco años más en vez de los ocho previstos, durante un mensaje a la nación televisado.
Según Ziuganov y otros dirigentes opositores, la propuesta de Putin no es más que un "retoque cosmético" a la reforma, por lo que la campaña de protesta seguirá, pero con más fuerza.
El diputado y jefe de los comunistas de Moscú, Valery Rashkin, otro de los oradores, aseguró que "han caído las máscaras", al señalar que Putin y el gobierno del primer ministro Dmitri Medvedev son lo mismo.
"El Partido Comunista y millones de ciudadanos se oponen a la reforma. Hay dos posturas y ganará el pueblo; nosotros somos millones y ellos, unos cuantos", enfatizó.
Aunque propuso relajar algunas de las disposiciones en un intento claro por calmar el malestar entre los ciudadanos, el jefe del Kremlin insistió en la necesidad de aprobar la reforma para garantizar el futuro del país.
Indicó que el objetivo principal de los cambios es garantizar la estabilidad financiera del sistema de pensiones a largo plazo. "Tarde o temprano, el Estado tiene que reforzar el sistema de pensiones, pero cuanto más tarde, más duras serás las decisiones al perder la posibilidad de tener un periodo de transición", resaltó.