Las protestas por la muerte del afroamericano George Floyd, se extendieron a varios puntos de Nueva York, que se tornaron violentas, dejando como saldo al menos 345 personas detenidas, y 33 policías heridos.
Los manifestantes lanzaron botellas de agua, contenedores de basura y otros objetos sobre los automóviles, y prendieron fuego a varios de ellos, entre los que se encuentran 47 de la policía.
También pintaron con grafitis los vehículos, con las siglas "FTP" (Fuck the Police) y saltaron encima de ellos, rompiendo los parabrisas y neumáticos.
Al menos 100 personas fueron detenidas en Flatbush, donde la policía utilizó gas pimienta para tratar de controlar a los manifestantes.
Alrededor de las 11 de la noche, unas mil 500 personas se enfrentaban con la policía en varios puntos de la ciudad como Union Square, Columbus Circle y la zona sur de Manhattan, o las áreas de Barclays Center y Flatbush de Brooklyn.
La policía fue criticada por su actuación, luego de que se dieran a conocer imágenes en las redes sociales de dos vehículos arrollando a un grupo de manifestantes.
Al respecto, el alcalde Bill de Blasio justificó la acción policial ante una "situación excepcional" y "muy tensa" en la que los agentes fueron rodeados "con violencia" por parte de los manifestantes.
"Los agentes tenían que salir de esa situación, estaban rodeados", dijo.