A nivel mundial se calcula que hay 1 de cada 160 niños con trastorno autista, mientras que en el Estado de México una de cada 115 personas está dentro del espectro con una mayor prevalencia en hombres.
Valeria es una niña de 8 años, con una sonrisa iluminadora. Sin embargo, su camino ha estado marcado por desafíos únicos por su diagnóstico de autismo.
Desde pequeña Lourdes notó que su hija tenía dificultades para comunicarse y relacionarse con los demás. Al principio no se lograba tener un diagnóstico preciso, pues no lograba controlar esfínter, permanecer sentada, vagaba sin hacer caso, además de no conciliar el sueño.
Después de consultas con especialistas, y varios estudios médicos, recibieron el diagnóstico de autismo.
El viaje de Valeria ha sido un proceso a través de terapias especializadas y programas educativos adaptados, ha desarrollado habilidades que antes parecían inalcanzables. Lourdes recuerda los pequeños logros de su hija, como pronunciar sus primeras palabras o hacer contacto visual con otros niños en la escuela.
Aunque el Trastorno del Espectro Autista (TEA), es una condición que se presenta con distintos síntomas lo importante es la aceptación y la inclusión en la sociedad, pues ellos solo ven el mundo de una manera diferente.
El autismo es un trastorno neurobiológico del desarrollo que se presenta en los tres primeros años. Este trastorno se presenta en diversos grados, donde existen alteraciones en la interacción social, en él habla, conducta, comportamiento y la actividad.