Cancún (México), 16 abr (EFE).- México vive una temporada de Semana Santa con altos niveles de ocupación de turistas nacionales y extranjeros tras la contención de la pandemia en los últimos meses en uno de sus principales destinos, el Caribe, pero afrontando los retos de la inseguridad y el sargazo.
El suroriental estado de Quintana Roo vive una de las mejores temporadas vacacionales después de la pandemia de coronavirus y el Gobierno estatal espera recibir 1,2 millones de turistas, lo que dejará una derrama económica cercana a los 1.000 millones de dólares, un 67 % más que en el mismo periodo vacacional de hace un año.
La Secretaría de Turismo de Quintana Roo estima que del 18 al 24 de abril habrá un incremento de los turistas del 36,6 % comparado con el mismo periodo de 2021.
Carlos Joaquín, gobernador de Quintana Roo, informó que hasta el Jueves Santo han llegado casi 215.000 turistas internacionales vía aérea a los aeropuertos de Cancún, Cozumel y Chetumal. Además de unos 40.000 turistas llegados vía crucero por Mahahual y otros 55.000 por Cozumel.
Durante el inicio de la temporada vacacional se anunció que un grupo de 700 agentes del Ejército, la Marina, la Guardia Nacional, así como personal, tanto de Protección Civil, como de la Dirección de Salud Municipal y enfermeros de la Secretaría de Marina, estarán desplegados en 4 puntos principales de Playa del Carmen, uno de los puntos más calientes del Caribe mexicano.
En el resto del estado -destino turístico por excelencia en México- se han desplegado centenares de elementos de seguridad más para prevenir cualquier acto de violencia.
La fuerte presencia policial por la llegada de miles de visitantes no ha podido evitar que registren hechos criminales. Apenas este Jueves Santo por la tarde una persona perdió la vida y otra resultó herida en un ataque armado perpetrado por un sujeto a bordo de una motocicleta en un estacionamiento cercano a los parques Xplor y Xcaret y al acceso principal del Hotel Xcaret, ubicados en la carretera Playa del Carmen-Tulum.