Sao Paulo, el estado más azotado por la pandemia de la covid-19, reabrió este sábado sus bares y restaurantes, en medio de un leve descenso de la curva epidemiológica y una reducción de la presión hospitalaria en Brasil, tras varias semanas de récords diarios de muertes y casos de la enfermedad.
Por primera vez en dos meses, la región, la más poblada de Brasil con unos 46 millones de habitantes, registró una caída simultánea en el promedio diario de nuevos decesos, diagnósticos positivos y hospitalizaciones, por lo que la Gobernación paulista decidió dar un paso más en el proceso de reactivación de la economía.
"Tuvimos una reducción del 14,3 % de casos. En las hospitalizaciones tuvimos una caída del 6 % y, en los decesos, del 23,6 %. Es importante recordar que nosotros ya veníamos registrando caídas en las últimas cuatro semanas en los ingresos", señaló el secretario de Salud de Sao Paulo, Jean Gorinchteyn, en una rueda de prensa este viernes.
"Es la primera vez en ocho semanas que tenemos una reducción concomitante de los tres indicadores: casos, ingresos y óbitos", completó.
Así, a partir de este sábado están permitidos a funcionar los bares, restaurantes, salones de belleza, museos, cines, teatros, parques y gimnasios, en horarios reducidos y con aforo limitado.
Hace una semana, la primera etapa de la llamada "fase de transición", que pretende retomar la actividad económica y social en el estado, interrumpida parcialmente desde el pasado 6 de marzo, ya había permitido la reapertura de iglesias y comercios.
"Esos datos nos traen un aliento, nos traen esperanza y refuerzan (el éxito de) las medidas adoptadas por el Plan Sao Paulo, con la fase roja, pasando por una fase más restrictiva, la fase de emergencia, y ahora la fase de transición", enfatizó el secretario.
Sin embargo, pese a la tímida mejora en las cifras, Sao Paulo vive en el mes de abril el periodo más letal de la emergencia sanitaria desde el inicio de la pandemia y ya acumula 91.673 fallecidos y 2,8 millones de infectados, tras romper en las últimas semanas sucesivos récords de muertes diarias.
Asimismo, el estado se mantiene con un promedio de 621 fallecidos por día, más del doble del registrado en el pico de la primera ola de la pandemia, en mayo del año pasado, cuando el índice rondaba los 280 decesos diarios, por lo que las autoridades pidieron "cautela" en ese proceso de flexibilización.