La tasa de reproducción del sargazo se ha incrementado y podría ser un riesgo sanitario para México, alertó Norma Patricia Muñoz Sevilla, catedrática e investigadora del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
Aseguró que las nubes de polvo del desierto del Sahara o también llamado "polvo africano", al igual que los minerales emanados de erupciones volcánicas, al depositarse en el Océano Atlántico, se convierten en nutrientes, y el sargazo al pasar por zonas donde hay alta concentración de estos, aumenta su capacidad de reproducción.
Dijo que los cálculo advierten que en este proceso, el sargazo pasa de un volumen de 1 metro cúbico a 6 metros cúbicos en 10 días, y que las imágenes de satélite, así como modelos descriptivos, han detectado el desplazamiento de manchas de esta alga de hasta 40 kilómetros de ancho y un aproximado de 1.5 metros de profundidad.
A este respecto, mencionó que si bien el año 2019 fue el más catastrófico en cuanto a su arribo a costas mexicanas, 2021 podría superar la cantidad que llegue a las playas, principalmente de Quintana Roo, que desde 2015 a la fecha, se han depositado con ayuda de las corrientes marinas más de 500 mil toneladas de sargazo.
Es por esto que la científica politécnica urgió a la creación de una Norma Oficial Mexicana (NOM) para el manejo del sargazo, pues esta alga al depositarse en las playas comienza a descomponerse y emitir gases de efecto invernadero, pero también, a liberar líquidos que se filtran a las aguas subterráneas.
En este sentido, enfatizó que el riesgo del sargazo es que al filtrarse estos líquidos al subsuelo, arrastra elementos químicos propios del alga, en especial su alto contenido de arsénico, que podría contaminar los mantos acuíferos de agua potable en la región a la larga, concluyó.