La obra del Tren Interurbano México-Toluca ha estado en el ojo del huracán por más de seis años, y no por la magnitud de su construcción si no por estar plagada de irregularidades, datos de la Auditoría Superior de la Federación, revelan que hasta hoy su construcción registra anomalías por 220 millones de pesos.
La planeación de la obra no se previeron los problemas sociales que generaría la expropiación de terrenos, uno de los principales factores que han retrasado su construcción y por lo tanto la han encarecido.
Además de los daños ambientales que han sido reportados por los trabajos de los tramos de construcción en el municipio de Ocoyoacac, cómo la tala de árboles principalmente.
De acuerdo con esta misma dependencia el sexenio de Enrique Peña Nieto se despidió con irregularidades financieras de aproximadamente 625 millones de pesos en la construcción del Tren Interurbano.
Por su parte, la Secretaría de Comunicaciones y Transporte del sexenio pasado fue incapaz de acreditar muchos de estos gastos que han encarecido las obras y por ello se ha anunciado que será en 2023 cuando pueda ser inaugurada.
En una visita de supervisión a las instalaciones del Tren Interurbano en el municipio de Zinacantepec, Andrés Manuel López Obrador, Presidente de la República Mexicana, señaló que el costo incrementó al doble del presupuesto inicial, cuya cantidad era de 30 mil millones de pesos.
Expertos señalan que los sobrecostos, las irregularidades en pagos y contratación de servicios, así como el retraso que ha presentado esta obra, han ocasionado que el proyecto sea poco rentable, por lo que los precios de boletos, de operación y mantenimiento serán elevados y con ello podría ser inviable en un futuro.