En su primera conferencia matutina como presidenta de México, Claudia Sheinbaum dedicó el evento a recordar a las víctimas de la masacre del 2 de octubre de 1968, cuando cientos de estudiantes fueron asesinados por el Estado en la Plaza de Tlatelolco. Este episodio ocurrió días antes de los Juegos Olímpicos en el país y es considerado una de las mayores tragedias de la historia reciente de México.
Sheinbaum inició su discurso recordando: "¡2 de octubre no se olvida!", y enfatizó la importancia de este hecho en la historia del país. Según la mandataria, el movimiento estudiantil de 1968 no solo fue reprimido brutalmente, con más de 300 personas asesinadas, sino que también dejó una profunda marca en la lucha por la democracia y las libertades en México.
La presidenta subrayó que el tema tiene un significado personal para ella, ya que su madre, Annie Pardo, fue profesora en el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y fue expulsada por participar en el movimiento. "Para mí, es una obligación hablar de este tema, soy hija del 68", expresó Sheinbaum, recordando la influencia que ese evento tuvo en su vida y en la vida de muchos mexicanos.
Durante la conferencia, la presidenta también señaló que su secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, ofrecerá una disculpa pública en nombre del Estado a las víctimas del 68, continuando con la práctica que instauró el expresidente López Obrador.
Sheinbaum destacó el legado del movimiento estudiantil, señalando que fue un catalizador para la participación política de muchos jóvenes y de la sociedad en general. Según ella, el verdadero triunfo de ese movimiento se reflejó en la victoria electoral de López Obrador en 2018, lo que marcó, en sus palabras, "el inicio de una etapa de más libertades, democracia y justicia en México".
Con esta primera conferencia matutina, Sheinbaum continúa la tradición de "mañaneras" de su predecesor, mostrando su compromiso con la memoria histórica y la justicia social.