Tras las violentas protestas por el asesinato del afroamericano George Floyd en Minneapolis a manos de un policía blanco, el presidente Donald Trump dijo que invocó de manera inmediata la ley 1807 que permite la movilización de las fuerzas militares en el país para detener los saqueos, el vandalismo, los ataques y la destrucción de la propiedad y anunció un toque de queda a las 7 de la noche, advirtió que los detenidos serán procesados con todo el peso de la ley".
Desde La Casa Blanca, el magnate expresó que su gobierno está comprometido con la justicia y el esclarecimiento del asesinato de George Floyd, dijo que si los gobernadores son incapaces de contener las olas de violencia, se mandará al ejercito estadounidense para que "hagan el trabajo por ellos".
Posteriormente, con una biblia en la mano, se presentó al exterior de la iglesia de St. John's acompañado de otros funcionarios, desde dónde caminó de regreso a la Casa Blanca.
Minutos antes de que Trump saliera, la policía disparó gas lacrimógeno para dispersar a los manifestantes que protestaban al exterior de la Casa Blanca, al filo de la hora en la que daba inicio el toque de queda.
Trump llamó"débiles" a muchos gobernadores y exigió medidas más duras contra los saqueos y los incendios que se registran durante las protestas, tras una noche más de disturbios en docenas de ciudades de Estados Unidos.