Las autoridades confirmaron hoy la muerte de uno de los heridos del tiroteo ocurrido el martes en una catedral de Brasil, por lo que el número de fallecidos, incluido el autor de los disparos, ascendió a seis. Heleno Severo Alves, de 84 años, se encontraba en estado grave en la Unidad de Cuidados Intensivos después de ser herido de bala en el tórax y el abdomen durante la balacera ocurrida en la Catedral Metropolitana de Campinas, una importante ciudad del interior del estado de Sao Paulo y que tiene alrededor de un millón de habitantes.
El suceso ocurrió al término de una misa celebrada el martes en la catedral de Campinas, cuando Euler Fernando Grandolpho, de 49 años, se levantó de uno de los bancos del templo y disparó al menos veinte veces contra los fieles. El tiroteo provocó la muerte de seis personas, incluida la de Grandolpho, quien se suicidó después de ser herido por la Policía. Los familiares del asesino relataron a medios locales que Grandolpho había realizado un tratamiento contra la depresión y temían por un suicidio.
Según la investigación preliminar, el agresor no tenía antecedentes penales y actuó solo: "Era una persona fuera de cualquier sospecha en circunstancias normales", afirmó el comisario José Henrique Ventura, encargado del caso. Un día después del asesinato, unas 800 personas participaron de un culto en la catedral para rendir homenaje a las víctimas y que fue realizado en el mismo horario en el que ocurrió el suceso.
Algunos testigos relataron a Efe los momentos de pánico que se vivieron durante el tiroteo ocurrido en la iglesia, situada en la región central de Campinas. "Fueron minutos de pánico total. La plaza estaba muy llena, porque era la hora de la comida y mucha gente se había ido de compras para Navidad. Empezamos a bajar las puertas, los clientes dejaron la comida, el dinero, los bolsos en el suelo para intentar esconderse detrás de las mesas", relató a Efe el camarero Alexandro dos Santos.EFE