En las últimas semanas, la ciudad de Torreón ha experimentado un brote preocupante de hepatitis A, una enfermedad viral que afecta al hígado y puede generar complicaciones severas. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el virus de la hepatitis A (VHA) se propaga principalmente cuando una persona no infectada y no vacunada ingiere agua o alimentos contaminados por heces de una persona infectada.
La enfermedad está estrechamente relacionada con el consumo de agua y alimentos insalubres, el saneamiento deficiente, la mala higiene personal y el sexo bucoanal.
El periodo de incubación de la hepatitis A suele ser de entre 14 y 28 días. Los síntomas pueden variar de moderados a graves e incluyen fiebre, pérdida de apetito, diarrea, náuseas, molestias abdominales y cambio de coloración en la piel, orina y ojos.
El gastrocirujano oncólogo Everardo Lozoya señaló: "Entonces, qué es lo que hay que hacer aquí siempre tener en mente que cuando hay cambios de coloración cambios en los tintes de conjuntivales amarillos o que a veces tenemos alteraciones en las pruebas de funcionamiento del hígado entre un cuadro diarreico severo podemos estar ante un cuadro sugestivo de hepatitis."
Ante la presencia de cualquiera de estos síntomas, el especialista recomienda acudir con su médico familiar. Además, para frenar la cadena de contagios, exhortó a la ciudadanía a seguir estrictas medidas de higiene.
Lozoya enfatizó: "Tendremos que poner más estrictos los lineamientos en el lavado de manos, la limpieza de las frutas, la limpieza de la verdura en algunas, ¿eh? En algunos domicilios el proceso del agua a veces es deficiente entonces también si el agua de procedencia es dudosa, hervirla, y por otro lado entender que este si hay un brote tenemos que estar lo más lejano de ese foco infeccioso inicial."
Además, recomendó evitar el consumo de alimentos en la calle y verificar que los establecimientos cumplan con los estándares de salubridad.
A diferencia de las hepatitis B y C, la hepatitis A no es una enfermedad crónica, pero puede ocasionar síntomas debilitantes y, en raras ocasiones, hepatitis fulminante (insuficiencia hepática aguda), que a menudo es mortal.