El Flamengo, el equipo más popular de Brasil, vivió este viernes la peor tragedia en sus 123 años de historia con el incendio que ha matado a varios jugadores de la cantera, una de las más prestigiosas del país y de donde han salido ídolos como Zico y más recientemente Vinicius y Lucas Paquetá. Las llamas consumieron por completo un alojamiento del llamado "Ninho do Urubu", el centro de entrenamiento del Flamengo, situado en la zona oeste de Río de Janeiro, donde dormían jóvenes de la base menores de 18 años de edad.
Las autoridades brasileñas confirmaron hasta el momento diez muertos y tres jóvenes heridos, dos de ellos "estables" y el otro en "estado gravísimo",con quemaduras de tercer grado en el 30 % de su cuerpo. "Estamos todos consternados. Ciertamente es la mayor tragedia por la que el club ya pasó en 123 años. Lo más importante es dedicarse a intentar minimizar el sufrimiento de esas familias. Una tristeza enorme, gracias a todos y pido disculpas", dijo a los periodistas, el presidente del club, Rodolfo Landim. Considerado el equipo del país con mayor número de aficionados, el Flamengo es una potencia mundial en formar jóvenes promesas a través de un programa de formación completo y con equipamientos punteros, que le convierten en una referencia internacional y le han permitido tener unas cuentas más que saneadas.
A su fábrica de ídolos, en la que invierte intensamente, acuden de manera asidua emisarios de los grandes clubes de Europa en busca de savia nueva para sus plantillas. El club carioca recaudó cerca de 100 millones de euros con las últimas cuatro ventas de jugadores de base (Vinicius, Lucas Paquetá, Felipe Vizeu y Jorge), el equivalente a 23 años del presupuesto que la entidad destina a la formación de jóvenes. El delantero Vinicius deslumbra hoy en el Real Madrid, que en el momento que empezó a despuntar en los campos del "Ninho do Urubu" cerró su fichaje por unos 45 millones de euros y los blancos le dejaron un año más en Río hasta que cumpliera los 18 años.
A esa nómina de futuras estrellas se une la de Lincoln, aún en el Flamengo, pero ya espiado de cerca por varios equipos del Viejo Continente. El extremo actualmente está con la selección brasileña sub'20 que disputa el Sudamericano de la categoría en Chile. La afición del 'Fla' también es fundamental en este círculo virtuoso de creación de estrellas. Mima a sus chicos, los abraza y llena el Maracaná cuando toca despedirse de ellos. Es consciente de que son el sustento financiero y parte de los éxitos de este club histórico. El origen de esta emblemática entidad empezó curiosamente lejos del fútbol, en el remo, cuando un grupo de amigos decidió comprar su propio barco y fundar en noviembre de 1895 el Grupo de Regatas del Flamengo. Comenzaron usando los colores azul y dorado, para luego pasarse al actual rojo y negro.
Sin embargo, en los primeros años del siglo XXI se vio seducido por otro deporte que empezaba a enamorar a Río de Janeiro, el fútbol. El Flamengo comenzó a construir su leyenda en el balompié a partir de la década de los 40, cuando el técnico Flávio Costa montó un 'súper equipo' con Zizinho, Jaime, Pirilo y Jair da Rosa Pinto. A finales de la década de los 60, comenzó a sobresalir en las categorías de base un tal Arthur Antunes Coimbra, que pasaría a la historia como 'Zico', protagonista de la época más dorada del club. Liderados por el centrocampista, al que muchos en Río llegan a comparar con el mítico Edson Arantes do Nascimento 'Pelé', el Flamengo consiguió los títulos más importantes de su historia.
En 1981, levantaron su única Copa Libertadores de América al vencer en la final al Cobreloa chileno, y el mismo año, la Copa Intercontinental tras pasar por encima del Liverpool inglés. También en los 80 consiguió su primer título del Campeonato Brasileño. Hoy suma seis títulos de liga, el último en 2009, con Adriano 'El Emperador' en sus filas y como uno de los máximos goleadores del torneo. Otra estrella que también triunfó con la camiseta rojinegra fue el delantero Romario, campeón con la selección brasileña en el Mundial de Estados Unidos de 1994. Sin embargo, los últimos años han sido una mezcla de sinsabores, pues la proliferación de nuevas figuras contrastaba con la escasez de títulos, que se reducían prácticamente a campeonatos regionales.
Estuvo cerca de ganar la Copa de Brasil de 2017, pero perdió en los penaltis frente al Cruzeiro, y también rozó la Copa Sudamericana de ese mismo año, que levantó el Independiente argentino en el mismísimo Maracaná.El año pasado el eterno favorito lideró durante varias jornadas el Campeonato Brasileño, pero se desinfló en la recta final en favor del Palmeiras de Sao Paulo. EFE