El Ejército turco bombardeó hoy en el norte de Siria posiciones de la milicia kurda denominada Unidades de Protección Popular (YPG, por sus siglas en kurdo), aliada de Estados Unidos en la lucha contra el yihadista Estado Islámico (EI), pero considerada un grupo terrorista por Ankara.
La artillería turca atacó refugios y trincheras de las YPG en la zona de Zor Magar, en la provincia siria de Alepo, al este del río Éufrates y cerca de la frontera con Turquía, informó la agencia local de noticias Anadolu, sin precisar si hubo víctimas.
Las YPG forman parte de una coalición árabe-kurda, las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), apoyadas por Estados Unidos, pero Turquía las considera como el brazo armado de la extensión en Siria del proscrito partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), un grupo que libra una sangrienta lucha en suelo turco desde 1984.
Este bombardeo se produce después de que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan amenazó en varias ocasiones en los últimos días con lanzar una ofensiva en el este del río Éufrates, similar a que llevo a cabo a principios de año en la región de Afrín, en el noroeste de Siria.
El apoyo de Estados Unidos a la milicia kurda YPG es uno de los principales puntos de divergencia entre Ankara y Washington, cuyas relaciones se han deteriorado desde 2016 y ahora una ofensiva al este del Éufrates podría agravarlas aún más.
Desde 2016, las fuerzas turcas han lanzado dos ofensivas en el norte de Siria, al oeste del río Éufrates, para hacer retroceder a los yihadistas de su frontera y evitar la unión de diferentes zonas controladas por las YPG.
El bombardeo de este domingo tuvo lugar un día después de que Alemania, Francia, Rusia y Turquía celebraron una cumbre en Estambul para impulsar una salida política a la guerra civil en Siria, que ya se prolonga más de siete años.
La canciller federal de Alemania, Angela Merkel, y los presidentes Emmanuel Macron, de Francia, Vladimir Putin, de Rusia, y Erdogan reafirmaron su determinación de poner fin lo antes posible al derramamiento de sangre en Siria, donde más de 365 mil personas han muerto desde marzo de 2011.