Las devastadoras e históricas inundaciones en Alemania han dejado hasta el momento 165 muertos. Varias personas están desaparecidas.
El gobierno de Angela Merkel prometió mejorar el sistema nacional de alerta ante catástrofes, que fue criticado por no haber avisado lo suficientemente rápido a la población en peligro.
Los sistemas de alerta, como la aplicación de teléfono celular "Nina", "funcionaron", aseguró la portavoz del gobierno, Martina Fietz, en declaraciones a la prensa.
"La experiencia que hemos tenido durante esta catástrofe muestra que tenemos que hacer más y más rápido", admitió.
Los elementos de protección civil alemana, son acusados de no haber avisado lo suficientemente rápido a la población residente en zonas inundables ante la gravedad de las crecidas.
El presidente, Armin Schuster, defendió hoy en la radio pública "la vuelta a las viejas sirenas", para no dejarlo todo en manos de herramientas digitales, ya que las crecidas provocaron cortes de electricidad masivos y la caída de antenas de telecomunicación, lo que impidió que la gente recibiera las alertas.
En la región de Renania-Palatinado, la más afectada por el desastre, "el número de muertos es ahora de 117", frente a los 112 contabilizados anteriormente, "y hay 749 heridos", dijo Verena Scheuer, portavoz de la policía de Coblenza.
Alemania sufre graves afectaciones por el mayor desastre natural en la historia reciente del país, por lo que ayer, la canciller Angela Merkel, visitó el pueblo de Schuld, no lejos de Bonn, donde el río Ahr, transformado en un torrente furioso, destruyó parte del centro histórico.
A partir del miércoles, el gobierno entregará ayudas de emergencia de al menos 300 millones de euros (unos 350 millones de dólares), antes de elaborar un vasto programa de reconstrucción de varios miles de millones de euros.
