En Rusia la población votó en la segunda jornada de las elecciones que buscan justificar otros seis años de mandato para el presidente, Vladímir Putin, quién no se enfrenta a ningún rival serio luego de aplastar la disidencia política, cerca de un cuarto de siglo en el poder.
Las elecciones se celebran en medio de una feroz represión a la prensa independiente y a destacados grupos de defensa de los derechos humanos.
El principal enemigo de Putin, Alexei Navalny, murió en una colonia penal ubicada en el Ártico en febrero pasado, y otros críticos están presos o en el exilio.
En la boleta junto a Putin, de 71 años, aparecieron tres rivales simbólicos de los partidos afines al Kremlin, que han evitado criticarlo a él o a la invasión que dirigió contra Ucrania. El mandatario ha presentado la guerra en el país vecino, que está en su tercer año, como una batalla existencial contra Estados Unidos y otras potencias occidentales decididas a destruir a Rusia.
Las autoridades dijeron que la votación se desarrollaba de manera ordenada. Y aunque hay controles estrictos, entre el viernes y sábado se registraron al menos media docena de actos vandálicos, entre ellos una bomba incendiaria y varias personas que vertieron un líquido verde en las urnas.