Vecinos que habitan en los alrededores de la Laguna de Tarimoya recuerdan como lo que actualmente es un canal de aguas negras, antiguamente se trataba de un manantial en el que corría agua limpia.
Las salidas de agua pueden verse a simple vista sobre el riachuelo que aún presenta algunas superficies donde corre el agua, en la esquina de la avenida Tarimoya con la calle Arrayanes, en Lomas de Tarimoya.
El olor que se percibe a la distancia es penetrante, mientras que vecinos tienen que soportarlo durante todo el día y la noche.
El sitio además sirvió para que las personas arrojaran basura de todo tipo, empeorando el panorama.