Uno de los mayores problemas con los que se enfrentan las personas al ser intervenidas quirúrgicamente es la falta de sangre, en ocasiones debido a la premura de los
Ante esta situación en los últimos años se han dado a conocer prácticas de comercialización de sangre por personas que aprovechan la desesperación de familiares que requieren unidades para sus pacientes.
Lo que al principio puede resultar un caso altruista, se ha convertido en un negocio rentable, para los llamados "vampiros" quienes han ofrecido sangre a los padres de familia de niños con cáncer con un costo que va de los $1000 a los $6000 pesos.
Pese al conocimiento de estos casos, los vendedores actúan en total impunidad ya que la venta de sangre es considerada como un delito que atenta contra la salud pública.
Ante la urgencia y la la necesidad de sangre no está mal otorgar apoyos o gratificaciones a los donadores, no obstante hay que tener en cuenta que solo a través de un esfuerzo en conjunto entre la sociedad y los tres órdenes de gobierno se podrá erradicar esta práctica y garantizar un suministro seguro y equitativo para todos aquellos que la necesiten.