El primer viernes de marzo es un día es una fecha importante para la cultura Olmeca, ya que era el inicio de la siembra de los cultivos, por lo que se trata de un tradición milenaria, en la que los chamanes conectaban con los espíritus y pedían oraciones para que hubiera abundancia y lluvias en la siembra.
Desde entonces este día es marcado por una energía única, que con el paso de los tiempos se convirtió en una tradición milenaria, que busca conectar con la tierra, plantas y personas para atraer buenas energías.
Hay muchas personas que se encuentran a favor de esta tradición, que dicen que ayuda a a traer a sanar el alma, quitar malos espíritus, envidias y hasta hechizos.
Sin embargo, existen ciudadanos que no ven con buenos ojos este tipo de creencias, y supersticiones, pues la iglesia católica condena este pensamiento que evoca a la fé de magias.