El debate del agua ¿concesionar o no concesionar?

Esta acción es un tema que ha despertado polémica y reflexión, pero ¿Cuáles son los beneficios reales que podría aportar a la comunidad?

Las concesiones permiten movilizar capital y conocimientos técnicos privados para complementar los recursos públicos y realizar nuevas inversiones en infraestructura y servicios, sin aumentar la deuda pública.

En agosto de 2015 el congreso del estado aprobó la licencia por 30 años a la empresa mixta grupo metropolitano de agua y saneamiento (mas).

Finalmente en julio de 2016 entró en funciones, en el banderazo de inició de operaciones, se anunció una inversión 11 mil millones de pesos a infraestructura y mantenimiento de la misma.

Facilita la inversión privada en proyectos de gran envergadura que de otra manera no serían viables.

Permite la transferencia de conocimientos y tecnologías entre empresas y comunidades.

Promueve la responsabilidad social y ambiental de las empresas concesionarias.

Proporciona una fuente de ingresos para el estado a través de impuestos y regalías.

Mejora la calidad de vida de las comunidades locales a través de la inversión en infraestructuras y servicios públicos.

A pesar de que se anunciaba un servicio de calidad, poco tiempo después se comenzaron a hacer presentes las inconformidades por parte de la ciudadanía.

A pesar de que el discurso que se manejaba era de inversión se comenzó a registrar molestia de la ciudadanía, por la la calidad de agua, fugas, cortes de suministro y principalmente las altas tarifas.

La crítica recae en la privatización de un recurso vital.

Aunque las concesiones pueden traer mejoras, también plantean preocupaciones importantes. la falta de regulación puede poner en peligro la calidad y el acceso equitativo al recurso.

Desde el punto de vista económico las concesiones pueden representar un alivio para las finanzas municipales al transferir costos de operación y mantenimiento.

Este debate debe dejar en claro que la prioridad debe ser asegurar el acceso universal a un recurso vital sin sacrificar su calidad ni excluir a ningún sector de la sociedad.

desde la inversión pública, hasta la colaboración con entidades privadas, el desafío es encontrar un equilibrio que beneficie a todos.