La implementación de datos biométricos, como reconocimiento facial, huellas dactilares y escaneo de iris, ha ganado popularidad en los últimos años sobre todo en instituciones bancarias, debido a los altos índices de robo de identidad y fraudes tanto en el sector público como en el privado. México se encuentra en el octavo lugar a nivel mundial por este delito. Por ello la regulación en torno al uso de datos biométricos aún se encuentra en desarrollo.
Así que como primer paso para migrar los documentos de identificación personal a biométricos, para el 2025 se prevé iniciar el proceso de adicionar la Clave Única de Registro de Población (CURP) tradicional con bioestadísticas que incluye fotográfica del titular, huellas dactilares, y escaneo de iris en todo el territorio nacional.
Hasta ahora el estado de Veracruz es la única entidad federativa que cuenta con esta tecnología de captura por lo que ya se lleva a cabo el registro en algunos municipios como Xalapa, Veracruz, Poza Rica, Misantla, Tantima y Coatzacoalcos. Así lo informó Guillermo Izacur Maldonado, oficial mayor del registro civil de Veracruz.
"Esto es un trámite que están haciendo que la gente tenga más respaldo en cuanto a sus pensiones o el pasaporte, porque luego van a solicitar un pasaporte y le salen que el CURP no sirve porque no tiene en la parte de abajo certificado y se lo rechazan. Ya con la identificación biométrica va aparecer ya en el sistema que está certificado".
Estas tecnologías prometen mejorar la seguridad, facilitar el acceso a servicios y optimizar procesos, por lo que la secretaría de gobernación anunció se destinarán más de 600 millones de pesos para la infraestructura tecnológica necesaria,
sin embargo, su uso todavía presenta desafíos y riesgos significativos, especialmente en relación con la privacidad y la seguridad de los usuarios. Para asegurar el uso responsable de la biometría en México, es crucial establecer políticas de protección de datos claras y guíar a los ciudadanos sobre sus derechos y riesgos.