La legítima defensa es un concepto fundamental en derecho que permite a una persona protegerse de una agresión sin incurrir en responsabilidad penal. Este principio está reconocido en el artículo 15, fracción IV del código penal federal mexicano.
Sin embargo, la aplicación de este concepto enfrenta diversas problemáticas que generan controversias tanto en la interpretación de la ley como en su aplicación práctica
Aunque los hechos de inseguridad son una constante en el día a día de los mexicanos, la percepción de la población coincide que comúnmente se le da el beneficio legal al agresor.
El caso más reciente es el de Irving Acosta, joven deportista veracruzano quien al frustrar una violación en el fraccionamiento las Vegas 1 del municipio de Boca del Río, detuvo con su camioneta al agresor que circulaba en motocicleta, al cual le fue amputada la pierna debido al impacto. Por lo que Irving fue detenido en el sitio, pero puesto en libertad días después para continuar su proceso.
De acuerdo con especialistas la legítima defensa tiene aristas para su ejecución porque de no ser congruentes las acciones se puede llegar a caer en el llamado "exceso de legítima defensa".
Es crucial que las leyes mexicanas evolucionen para proporcionar un marco claro y justo que permita a los ciudadanos ejercer su derecho a la legítima defensa sin temor a represalias legales indebidas.
La formación y capacitación adecuada tanto de los ciudadanos como de las autoridades encargadas de aplicar la ley es esencial para garantizar que este derecho sea respetado y aplicado correctamente.