El Sistema Educativo Mexicano no estaba preparado para la Emergencia Sanitaria por Coronavirus, ni para que los estudiantes recibieran clases a través de un dispositivo móvil o una computadora.
Los maestros afrontaron el reto, aprendieron a través de herramientas digitales nuevas formas para seguir impartiendo sus clases.
El regreso a clases presenciales pone a prueba a los gobiernos, padres de familia, estudiantes, pero sobre todo a los maestros, quienes tienen todo el peso de la enseñanza.
En los últimos meses han tenido que adaptarse y evolucionar para seguir impartiendo el aprendizaje.
No sólo hay que formar buenos profesionales, sino buenas personas. Es decir, mejores ciudadanos que se preocupen por su sociedad. La clave del futuro está en manos de la familia y los maestros.