Niños dictadores:como atajar el síndrome del emperador

Rabietas frecuentes, faltas de respeto y comportamientos que desafían la figura de autoridad, son algunas características que responden a un tipo de trastorno de conducta infantil llamado "síndrome del niño dictador" o "niño emperador".

Este término deriva de sus actitudes autoritarias, siendo la que destaca la manipulación.

Características del síndrome del emperador:

gritan, amenazan y agreden física y psicológicamente a sus padres

carecen de empatía y siempre están enfadados

suelen ser emocionalmente sensibles

discuten las normas de sus padres y de las personas que tienen cierta autoridad.

Los menores con este síndrome llegan a abusar, intimidar y dañar a sus padres, no son capaces de experimentar sentimientos como la culpa, el perdón o la compasión.

Otra característica común, es que son intolerantes a la frustración y quieren decidir cómo y cuándo se hacen las cosas, incluso llegando al maltrato físico principalmente hacia sus padres.

Algunas causas del síndrome del emperador:

darle privilegios al niño sin ninguna condición.

La falta de tiempo para compartir con el niño

La falta de límites

Permitirles agresiones verbales y físicas cuando no se le complace sus caprichos

Falta de hábitos familiares afectivos, como el juego o las actividades en familia

Tener poco tiempo para dedicar atención al menor, lo que además genera culpa en los padres.

Aunque hay comportamientos como los berrinches que son normales en el desarrollo de un menor, es importante dejar en claro lo que esta permitido y lo que no y enseñarles a expresar de manera correcta sus emociones.

La crianza indulgente o permisiva, en la que los padres sobreprotegen y consienten a sus hijos sin establecer límites o enseñarles habilidades sociales y emocionales adecuadas, puede llevar a que los niños desarrollen una actitud en la que creen que merecen todo lo que desean sin esfuerzo alguno.

La actuación responsable de los padres desde las edades más tempranas de sus hijos, ejerciendo una preocupación cercana y atenta a sus necesidades y de desarrollo, aplicando límites, además de proporcionar seguridad emocional destacando sus logros y apoyándolos en sus dificultades, podría prevenir esta clase de comportamientos.