México es uno de los países con mayor diversidad biológica en el mundo. Sin embargo, esta riqueza lo convierte en un blanco para el tráfico ilegal de flora y fauna.
Las especies más afectadas por estas prácticas incluyen aves, reptiles, mamíferos, peces y plantas. Existen múltiples factores que contribuyen al movimiento ilegal de plantas y animales, no obstante estas ventas clandestinas caen en un comercio descarado que se ofrece hasta en internet.
En los últimos años México ha visto un aumento significativo en los decomisos de ejemplares de flora y fauna, fue en 2022 cuando se alcanzó la cifra histórica de 60 mil especies aseguradas a lo largo de la república. Incluso para el manejo y retención de ejemplares rescatados se debe contar con certificación de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente sobre todo cuando se trata de especies silvestres protegidas.
La Convención sobre el comercio internacional de especies amenazadas de fauna y flora silvestres (CITES) ha sancionado a México, prohibiendo la comercialización de más de 30 mil ejemplares debido a la falta de medidas adecuadas para protegerlas.
A pesar de que el tráfico de especies en México es un delito federal penado con cárcel, todavía falta mucho para que nuestro país pueda proteger su valiosa biodiversidad y asegurar un futuro sostenible para sus ecosistemas, pero sobre todo para las próximas generaciones.